Hablamos de Posicionamiento Natural u Orgánico (conocido como S.E.O. – Search Engine Optimización-) para referirnos a todas aquellas técnicas que se realizan sobre una página web (en su código, estructura y contenidos), al objeto de que los buscadores la consideren más relevante (es decir, más «interesante» y, por extensión, más visible) que otras para una determinada búsqueda, sin tener que pagar por ello al buscador. Es decir, buscamos aparecer en los primeros  puestos de estos buscadores, por delante de nuestra  competencia para, así, atraer más visitas a nuestra web.

Existen 2 tipos de posicionamiento:

• Natural (u orgánico): es aquel que se produce de forma normal, es decir, se obtiene un puesto en los buscadores porque merece estar en ese puesto.
• De pago: es aquel que se produce porque se paga por estar en una posición privilegiada. Este es efectivo, pero en el momento que se deja de pagar, la gente no encontrará la web en los buscadores.

Más de la mitad de las nuevas visitas a una web provienen de un buscador, y aproximadamente un 90% de los usuarios de la Red utilizan buscadores de forma
habitual para encontrar las páginas deseadas. Es fácil adivinar, pues, lo esencial del posicionamiento. Y es que, que una web esté indexada en los buscadores es
importante, pero lo que realmente aportará un aumento de las visitas es posicionarla, es decir, que aparezca lo más «arriba» posible y, no sólo eso, si no conseguir visitas «de calidad», esto es, visitas de personas que realmente están buscando el servicio o producto que se ofrece en la web.

Sí, siempre que su estructura y contenidos lo permitan. Por ejemplo, las webs basadas en Flash son más difíciles de posicionar de forma natural, ya que los buscadores las encuentran parcialmente «opacas» (sin contenido), por lo que pueden ser más recomendables técnicas SEM que SEO.
Es especialmente importante un buen posicionamiento, en el caso de tiendas virtuales y, en general, cualquier tipo de negocio que opere mínimamente a través de Internet, o en sectores con mucha competencia ya que, de lo contrario, la web se convertirá, simplemente, en una de tantas.

La obtención de resultados dependerá del tipo de técnicas que utilices, de lo acertado de las mismas, del nivel de optimización de tu web, de la competencia…
Aunque a partir del primer mes ya se empiezan a notar los efectos, el posicionamiento SEO debe considerarse como un tipo de promoción a medio y largo plazo, ya que tu web irá subiendo posiciones en los buscadores según vaya aumentando su «reputación», y no tiene coste mensual más allá de los análisis que se quieran realizar y, en su caso, de los servicios de gestión que se contraten.
Aunque caiga de cajón, desconfía de quien te ofrezca resultados milagrosos, ultrarrápidos y permanentes en el tiempo sin apenas inversión…

Los motores de los buscadores rastrean continuamente la red en busca de nuevas webs, por lo que es posible que la tuya aparezca en ciertos buscadores y directorios sin haberla indexado previamente. Sin embargo, la indexación automática no siempre es deseable. Por un lado, puede que hayan quedado partes o secciones de la web sin indexar. Por otra parte, puede que se indexe TODA la web, y todo con la misma importancia, cosa que seguramente no nos interese.
Con un alta manual y optimizada, indexamos las partes de nuestra web que queramos, ponderando las que más interesen (ofertas, productos y servicios que ofrecemos…) y restringiendo las que no (contacto, avisos legales…), y ayudando, consiguientemente, al buscador (algo que éste tendrá en cuenta positivamente)

Existen determinadas técnicas para conseguir un óptimo posicionamiento. Entre otras, las siguientes:

• Lo más importante: contenido. Relevante, abundante, de calidad. Podrás saber todos los trucos, y podrás conseguir engañar a Google (por un tiempo), pero como realmente vas a conseguir visitas es con buenos contenidos.
• Sencillez. Los robots de Google buscan dos cosas: texto y enlaces. No valora lo original del diseño, ni el buen gusto.
• Eliminar, en la medida de lo posible, el contenido duplicado, mediante redirecciones 301 o canonicalización.
• Indexación optimizada en los buscadores más importantes: Google, Yahoo, MSN…, y en otros buscadores menores y directorios web.
• Estructura correcta: sin enlaces rotos ni líneas de código inservibles, accesible, sin exceso de publicidad…
• Conseguir enlaces de otras webs. Enlaces relevantes (sin ser competencia) y con alto pagerank, a ser posible.
• Elección de criterios de búsqueda («keywords», o palabras clave) relevantes y de fácil posicionamiento.
• Código de la web optimizado, para «ayudar» a los buscadores a encontrarnos para esas palabras clave.
• Etiquetado web y optimización de las URLs (direcciones de las páginas) y los nombres de contenidos (por ejemplo, fotografías) para hacerlos «amigables», esto es, fácilmente reconocibles para las usuarios y buscadores.
• Darse a conocer en internet, en las redes sociales, escribiendo artículos en otras
  webs…

Por decirlo de alguna manera, optimizar una web consiste en adaptarla, en contenido y estructura, para que los buscadores la consideren relevante y «de calidad», y la muestren por delante de otras webs de la competencia en las búsquedas de los usuarios. Existen multitud de pequeños detalles que hacen que una web pueda estar o no optimizada.